miércoles, 29 de diciembre de 2010


También ella tenía el pelo mojado, y los pies, por supuesto, pero esa vez no le brillaban los ojos, sus ojos lloraban, y aunque el le pedia que no llore mas, las lagrimas no podian esconderse. Quedaban pocos minutos. Sabes? me duele el corazón.Me preguntó por qué sabía yo que aquel encuentro era el último.



pense: "cuando llueve tanto es que alguien se va a ir para siempre".

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