sábado, 29 de mayo de 2010

1:30 de la mañana.-

La heladera marca 4º.La abro y se me congelan las manos. ¡Mierda!

Dos cajas de leche descremada, una lata de atún y una caja llena de barritas para adelgazar.

Mi estómago pidiendo a gritos comida.¿Mi mama encerio esperara que muera desnutrida?

Voy hasta ese lugar donde hay mas boletas de luz que adornos, saco el librito de los teléfonos y veo el anuncio de una pizzeria que sirve a domicilio hasta las 03.00 de la madrugada. Todabia falta una hora y media, puedo llamar.

Y ya que estoy, pido una botella de whisky del fuerte, para acompañar esos vasos de película que compro mi papa. Que el colegio me trata mal. Levantarse a las seis de la mañana no tiene precio.

Presumir que tu vida es hermosa, delante de tu familia.Debería quemar calorías. Y en lugar de eso, me miro al espejo y cada día, me reconozco menos.

Y encima, mañana u hoy es domingo. Otro día encerrada, entre estas cuatro paredes, otro día viendo como pasan las horas y cada vez lo exraño mas. Otro día, pegada al sofá. Pegada a un teléfono que solo suena si él llama.

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